Continuem amb els “miracles” de la ermita i el Cris, que
foren publicats pel pare Fernando Garrigós, en un fullet que a l’anterior
entrada d’aquest blog reproduim. En aquest mostrem una fotografia del mateix
fullet del potrier que va viure entre 1869 i 1936.
EL CAS DE L’ALCALDE SALVADOR FUSTER
“A finales de marzo de 1858, se
ocupaban varios operarios en extraer de su asiento un bloque de más de
cincuenta arrobas, por medio de una gruesa maroma. Se hallaba la piedra fuera
ya de su sitio, húmedo y fangoso por una lluvia de dias anteriores, dejando
bajo el vacio consiguiente; cuando el Alcalde, que lo era entonces Salvador
Fuster, que aún vive y lo cuenta, bajó al vacio que dejaba la piedra, para
ayudar más fácilmente su extracción. Pero en este estado escapó la maroma, y,
perdiendo su equilibrio, la mole se derrumbó sobre su antiguo asiento, cogiendo
debajo a aquel funcionario. Lanzáronse todos a levantar la peña, persuadidos de
que habia aplastado toda la parte inferior de su cuerpo; pero con gran sorpresa
observaron, que no habia recibido lesión alguna, y solo se veian manchados de
fango sus pantalones. El Alcalde regresó ileso a su casa, bendiciendo al
Santisimo Cristo por aquel prodigio. De este y del anterior fueron testigos
muchos vecinos, de los cuales viven una buena parte.”
Com el cas anterior, accidents en la construcció, de la
Ermita –grans pedres- i que tingueren
finals feliços, igual que el que contarem la setmana que ve, quan Salvador Avaria li
va pegar foc a la metxa d’un barren.
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